La última encuesta de opinión pública de la CID/Gallup (Setiembre 2022) arrojó datos desalentadores sobre la seguridad alimentaria en América Latina. En el gráfico presentado se muestra cómo entre el 64% y el 32% de los hogares, según el país, son los que siempre tuvieron dinero para comprar comida a su familia. Lo preocupante es la cifra contraria.

En Venezuela, en siete de diez hogares les faltó el dinero para comprar alimentos en el último año. Al comparar las respuestas de las personas que tenían intenciones de migrar, se encontró que el porcentaje aumenta significativamente para este grupo. Es decir, que la insatisfacción de una necesidad básica como la alimentación digna es uno de los impulsores más potentes hacia la migración.

Este patrón se repite en Nicaragua, que al igual que Venezuela, atraviesa una seria crisis social y económica producto de su gestión política. Allí, la mitad de la población no ha tenido suficiente dinero para comprar comida por lo menos una vez al mes. Los que no tienen comida “todo el tiempo” son el 14% de los encuestados.

En Honduras y Guatemala, dos países centroamericanos permeados por la violencia, además de aquellos que se quieren ir del país, los que no han logrado tener dinero para la alimentación de sus familias son las personas con menor educación. A esto se unen otros problemas que la población reconoce en las encuestas de CID/Gallup: el desempleo, el alto costo de la vida, y la corrupción.

Los datos indican que mientras los gobernantes no puedan garantizar el derecho a la alimentación, o el hambre cero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), seguiremos teniendo olas migratorias hacia países donde las familias puedan tener por lo menos comida suficiente sobre la mesa.

Para el desarrollo de estas encuestas se entrevistó a 1200 adultos de 18 años y más, personas con teléfono celular activo distribuidos en todo el país. Los datos tienen un margen de error igual a ±2.8 puntos, calculados con un 95% de nivel de confianza en sus resultados totales.