1 CID Gallup / Columna

COLUMNA

En esta sección encontrará nuestro boletín semanal

141

 ¿QUÉ HACER CON LA BASURA?

Cada costarricense produce 266 kilos de basura al año; significativamente más de lo que pesa cualquiera. Esto suma a 1.3 millones de toneladas métricas al año y ningún cantón quiere recibirlas. Ahora los cantones del valle central (los que más producen) mandan su basura, como envían sus aguas negras, a las costas.  Cuando los residentes de esos cantones vacacionan intentan alejarse de la boca del Tárcoles, no tanto por los cocodrilos, sino para evitar revisitar sus mismos deshechos.

Los candidatos presidenciales prefieren hablar de temas “importantes” como el financiamiento de sus campañas o si se debe concesionar el “tren eléctrico” y dejar que el INCOFER lo opera.  Señores, para muchos la llegada de ese tren lo creerán cuando lo ven—es como el psicópata de Cartago – nadie lo ha visto pero creen que existe. La basura sí existe, nadie lo niega, pero hablar del tema es muy plebeyo especialmente para los políticos distinguidos que aspiran al puesto en Zapote.

Una solución posible es la de procesar los deshechos, reciclando todo lo posible.  Actualmente es un cuatro por ciento de esos millones de toneladas que se procesan.  Latería, vidrio, papel y sobre todo plástico hay que reusarla.  Los fabricantes de jugos, agua, gaseosas, juran por todo lo sagrado en sus vidas que los envases plásticos en que venden sus productos son “reciclables.”  Eso nadie lo duda, señores, pero ¿ustedes que hacen directamente para reciclar?  Vender jugo de naranja 100 por ciento de fruta natural es muy bueno, pero ¿el envase plástico qué?   ¿Quién no ha visto esos paquetones de 100 botellitas de agua, todos de plástico?   También hemos visto las vacías tiradas a la playa, al mar, a las calles.

Costa Rica puede ser “esencial” siempre y cuando los turistas no se dan cuenta de los ríos que fundamentalmente se han convertido en cloacas y la basura botada a las orillas de las calles. Conté personalmente tres refrigeradoras en un lote baldío en un centro urbano.

La Asamblea Legislativa pudiera considerar la creación de cuatro rellenos nacionales—norte, este, sur y oeste—y cobrar a los gobiernos municipales según lo que llevan a los mismos.  A los cantones que dicen que no pueden pagar se les quita el derecho de ser cantones—agregar su territorio a un cantón viable adyacente.  Aplicar multas fuertes a rellenos informales.

Es muy difícil pedir al consumidor que controle la cantidad que compran.  Igual, a los fabricantes parece que les encanta empaques grandes y complejos y muchos aun usando plásticos.

Por años se amontonaban las llantas usadas y entre otros problemas estos creaban refugios para los mosquitos que transmiten el dengue.  Ahora hay un país que las compra y las lleva para reciclarlas.  No aparece comprador de todos los envases plásticos. 

Este problema de la basura cada año se hace más agudo; más que prospera el país, más producción de deshechos habrá.  Los políticos nacionales han delegado este desafío a las “muni.”   Es obvio que los gobiernos locales no tienen capacidad de manejar la situación.

cdenton@cidgallup.com