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¿QUE SE PUEDE HACER CONTRA LA DELINCUENCIA?

¿Qué se puede hacer contra la ola de homicidios, robos, asaltos, y hurtos que están causando todo tipo de daños al pueblo y a la vida pacifica que por tanto tiempo caracterizó a Costa Rica? La bukelización no es opción – la vocación democrática de los costarricenses no permitiría que tantas personas estuvieran encarceladas por tanto tiempo sin derecho a habeas corpus.  A demás no hay suficientes cárceles y policías.  Tampoco hay presupuesto para estar alimentando tantos prisioneros.   

Ya este presidente se ha dado cuenta que no importa qué es lo que hace siempre habrá un grupo que le critica; igual que los mandatarios anteriores.  ¡Así funcionan las democracias! Esa negatividad se exhibe también en la Asamblea Legislativa. Le toca implementar estrategias que serían aceptables para la mayoría y como siempre ignorando la chillada de los grupos del “no.”

Hay que intentar desarmar al pueblo, especialmente de fusiles automáticos que son de uso exclusivo en guerras.  La policía no puede, armado con revólveres de limitado alcance, ir en contra del hampa que viene preparada para asaltar un ejército.  Se debe ofrecer comprar esas armas y deberían ser destruidas.  Es seguro que la mayoría de los diputados aprobarían ese uso de fondos del erario.

Se necesitan más policías y hay que pagarles más y entrenarlos mejor.  Deberían estar dentro de las comunidades – especialmente los barrios más peligrosos – día y noche listos para defender a los ciudadanos honestos.  Hay que rotarlos continuamente, algo que explica muy bien Rudolph Giuliani en su libro “Leadership” (liderazgo).  Explica el exalcalde que los policías vienen de los mismos ambientes socioeconómicos que los criminales y por ende fácilmente establecen relaciones amistosas con miembros del hampa.   Rotándoles evita mucho de este problema; no pueden establecer vínculos que corren en contra de la paz del pueblo. 

Al reincidente de más de tres veces se le debe dar castigo mucho más fuerte que al que comete su primer delito.  No se puede dar al reincidente “libertad condicional” u otros conceptos de la formulación de la legislación nacional.  El cuarto delito debería abrir el portal a sentencias de décadas normalmente reservadas ahora para crímenes especialmente onerosas. 

Hay que eliminar el “mínimo” para detener a un ladrón.  Ahorita un criminal roba el celular a un ciudadano en la calle y no se procesa la denuncia por ser “cuantía menor.”  El problema es que el delincuente que comienza con delitos pequeños, al quedarse impune, pruebe con unos más grandes.  Ya el cuento que “es la primera vez” debería borrarse de las prácticas del poder judicial.  En muchos casos es la primera vez denunciado.

El Sr. Giuliana cuando fue alcalde de Nueva York detuvo a cualquiera que violara la ley no importaba si era delito pequeño o grande.  En un año casi desapareció la violencia y el crimen en esa ciudad. (ahora con Eric Adams es otra cosa desde luego). 

Es el presidente que deber tomar la iniciativa, pero es el ciudadano a través de su diputado que debería apoyar sus esfuerzos contra los criminales.

Carlos Denton | cdenton@cidgallup.com